23 sept 2016 Nito Lagüeria
A punto de arrancar por el calendario el otoño, ya podemos asistir a uno de los espectáculos de la naturaleza en nuestra montaña: la berrea del venado. Con ese nombre es como se denomina la época de celo de estos cérvidos. Los machos braman para llamar la atención de las hembras, olvidándose incluso de su propia alimentación. Es en esta época cuando son mucho menos esquivos que de ordinario, por lo que es fácil verlos en los claros del monte, protegiendo a su aren de hembras de la intromisión de otros machos que puedan molestarles. Cuando esto ocurre, se producen enfrentamientos entre ellos, que pueden acabar con la vida de alguno. Ojo a los amigos de hacer la mejor 'foto' con acercarse demasiado, pueden ser peligrosos. En el alto Porma, de todos son conocidos los sitios donde siempre se les oye: Redipollos, Cofiñal, Pinar de Lillo, Regalar, etc. Pero a estos y otros muchos, se ha unido en los últimos años, el robledal de la peña de la Vega. Y es que en esta peña, cuando estaban vivos los pueblos hoy bajo el agua, nunca hubo venados.
Es ahora, en ausencia de ganados, perros y pastores, cuando campan a sus anchas. Si nunca la has observado, ahora, hasta mediados de octubre, es el momento de subir, bien a última hora de la tarde, bien al amanecer y, sentado en el Gamonal, provisto de un bocata y un buen chambergo, disfrutar de este espectáculo que llega a ser sobrecogedor.