Pardomino 15 de junio 2008 Nito Lagüeria
Otro año más, los de Vegamián han celebrado la fiesta de San Antonio en Pardomino. Era este año una celebración especial, ya que uno de sus hijos, Don Florencio Fernández Santos, Sacerdote, cumplía sus Bodas de oro como tal. ¡Felicidades don Florencio! Asistió un número importante de personas, a pesar de que el día ofreció dudas atmosféricamente hablando desde primera hora de la mañana. Aun así, se contuvo, por lo que hubo tiempo para realizar la Procesión y oír la Santa Misa, oficiada por el propio don Florencio asistido por otro Sacerdote de Vegamián, don José Castañón.
Lejos quedaba aquel año 1958 cuando los mozos de Vegamián, siguiendo una costumbre ancestral en nuestra montaña, pinaron orgullosos delante de casa de los padres del veterano sacerdote, Guillemo y Mónica, un inmenso mayo (dos chopos ensamblados) y, en su picota, una botella de coñac para qué esos mismos mozos u otros de pueblos vecinos, subiesen a cogerla. Hoy don Florencio y sus paisanos, con un sentido medioambiental más acorde con los tiempos que corren, simbolizaron su mayo con la plantación de uno nuevo. Lo hicieron al lado del acogedor lugar donde se celebra S Antonio, por la parte de arriba del camino, y el árbol elegido fue el comúnmente conocido en la zona como el “argumeno” (serbal común), al que se comprometió a cuidar personalmente don Florencio.
Sobre las 14,45 h., los que teníamos el compromiso de comer fuera de Pardomino, salimos camino a Puebla de Lillo. En la carretera, antes de llegar al muro, alcanzamos a un infantil e ingenuo cervatillo que corría cuesta arriba, ya al borde de la extenuación, quizá huyendo del gentío que hoy le sorprendió en su bello hábitat de Pardomino. Era esto alrededor de las tres de la tarde, cuando comenzó el primer aguacero del día, que entiendo habrá deslucido algo la comida a pie del río, pero que para nada habrá impedido disfrutar un año más de un día de entrañables recuerdos para los de Vegamián y para los que sin serlo, nos sentimos muy cercanos. Don Florencio, el argumeno y el cervatillo nos esperan para celebrarlo muchos años más.