Amigos de la Montaña del Porma

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Sábado 11 de Marzo de 2006

Las Bodas en la Montaña del Porma


Domingo 30 de ABRIL 2.006

Cuando en un pueblo una pareja salían novios, a pesar de lo mucho que ellos trataban de ocultarlo, un buen día aparecía un reguero de paja que iba de la puerta de los novios entre sí y a la Iglesia. Los rapaces se ponían enseguida en movimiento a ver "quién con quién". Más adelante, ya es cosa pública, y se decide que la boda será "allá para el sanmiguel" y los novios continúan pelando la pava, al oscurecer , cuando la chica va a la fuente, o de noche a la ventana, cuando ya están todos durmiendo.

Por fín, los padres del novio van a pedirla con toda solemnidad y ya después el novio puede entrar en casa y se comienzan a preparar las bases económicas del nuevo matrimonio.

Y llega el Sanmiguel y salen las velaciones, y los novios bajan a Boñar o a León a comprar las vistas,es decir, el ajuar de la novia. En todo caso, hasta Boñar bajaba el novio en el caballo muy enjaezado y la novia a la grupa, bien agarradita a su novio. Se compraban las cosas; se enseñaban después a los parientes y amigos, y se hacian los preparativos inmediatos para la boda. Se hace la despedida de solteros; él convida a los mozos y ella a las mozas.

Si alguno de los contrayentes era viudo, los mozos le daban la cencerrada, es decir, llevaban los cencerros amarrados a la cintura y corrian alrededor de su casa, o iban hasta la puerta de la Iglesia. O se la daban de noche, cuando ya estaban acostados y no les dejaban dormir.

El día de la boda, lo mísmo él que ella, se ponian de rodillas delante de su padre y pedían la bendición, que con la solemnidad de un patriarca, impartía el padre como primer paso para que la boda sea como Dios manda. El novio con su familia y con los mozos, se va para la Iglesia; los mozos con sus escopetas, antiguamente de aquellas que se atacaban por la boca, y ahora de las otras, y se disparan tiros con pólvora y tacos a todo disparar, pués no había duelo en el gasto.

La novia, con la madrina, los de su familia, y las mozas, siguen su camino hacia la Iglesia cantando canciones alusivas a la novia, la madrina y los padres. En la Iglesia se juntan los dos grupos, y entonces arrecian los tiros de los mozos y las canciones de las mozas.

Sale el cura a la puerta y toma los dichos con toda solemnidad; se celebra después la misa, y les vela, se termina la misa, y como de costumbre, ya salen juntos los novios y hay lluvia de tiros por parte de unos y canciones de parte de las otras.

Hay cantares para el cura que los casó, para la Santa Iglesia que los cobija, para los padres que los criaron, para los novios, que son rosas y claveles, y para los padrinos que los acompañan.

Y con esta balumba se dirigen a casa de la novia, donde se ha de celebrar la boda con todo rumbo.

En algunos sitios, cuando llegan los novios a casa, un mozo fuerte se adelanta, toma en vilo al novio y dice en voz alta: "¿quien me lo fía? ", y el padrino contesta "yo lo fio" y entonces le pone en el suelo. Ello quiere decir que dará un tanto a los mozos para que tengan una juerguecilla; es decir, que el rumbo de la boda se conocerá en si dan bien de comer a los mozos y mozas, que han trabajado de lo lindo, los unos metiendo mucho ruido a fuerza de estampidos, y las otras cantando a todo pulmón.

A la comida no asisten más que los invitados de las familias de los novios y algunos amigos muy íntimos.

Era frecuente que las bodas se celebrasen pasado el Pilar, en Octubre. Llegado este mes, se celebraban las ferias del Sanmiguel; la primera la de Lillo sobre el 5,6 y 7, después venían las de Vegamián, 8,9 y 10, y por fín las de Boñar, el día 12, día del Pilar.

El montañés vendía sus jatos, sus novillos, sus carneros, etc. y ya tenía el dinero que necesitaba durante el año. Y lo primero que tenía que atender era la boda de un hijo/hija.

Fuente: Historia de la Montaña del Porma. P. Casiano Garcia.